y todavía recuerdo el primer día de mi entrenamiento,
sin saber realmente lo que había venido a buscar.
El yoga fue amor a primera vista y desde entonces no he dejado de aprender.
con formación inicial en vinyasa, seguida de yin yoga.
cuerpo-mente que se crea tan pronto como extiendes tu colchoneta.
Vinyasa me permite liberar mi creatividad con movimientos fluidos y espontáneos,
mientras el yin me ofrece la quietud necesaria para liberar tensiones
y encontrar la serenidad.
Al principio muy dinámico, ahora es más suave y adaptado a mis necesidades actuales.
Me gusta inspirarme en diferentes prácticas:
hatha, vinyasa, kundalini, yin, yin-yang, movilidad…
Me encanta guiar vinyasas fluidas, pero también ofrecer momentos de calma yin, creando un espacio de profunda relajación.
Estoy un poco obsesionado con el yin e incluso al final de un vinyasa, no puedo evitar incorporar una postura yin o dos. :)
El yoga se ha convertido en una verdadera pasión para mí y ya han pasado 6 años desde que decidí hacerlo mi camino.
Todavía recuerdo mi primer día de entrenamiento, sintiéndome un poco perdido, sin saber muy bien lo que buscaba.
Lo que no esperaba era que el yoga fuera un amor a primera vista.
Después de completar mi primera formación en Vinyasa,
Continué estudiando Yin Yoga y descubrí un mundo infinito de aprendizaje.
Hay algo mágico en la conexión entre cuerpo y mente que ocurre tan pronto como desenrollas tu tapete.
Vinyasa me inspira a dejar que los movimientos fluyan libremente, para desbloquear mi creatividad, mientras que Yin me permite
Sumérgete en la quietud, libera la tensión y encuentra una serenidad profunda.
Con el tiempo, mi práctica ha evolucionado. Lo que empezó como una práctica muy “yang”—dinámica y basada en Ashtanga y Vinyasa—
Ahora es mucho más suave, más en sintonía con mi energía y las necesidades de la vida.
Me encanta inspirarme en diferentes estilos:
Hatha, Vinyasa, Kundalini, Yin, movilidad…
Cuando enseño, intento ofrecer espacio y sencillez. Me encanta guiar los flujos fluidos de Vinyasa, pero también disfruto reducir la velocidad, tomarme el tiempo para
experimente verdaderamente cada postura, no por extravagancia,
sino por su pureza. Y tengo un poco de obsesión con el Yin: incluso después de una sesión de Vinyasa, no puedo evitar agregar algunas posturas del Yin,
creando ese espacio seguro y enriquecedor donde todos puedan realmente dejarse llevar.
Si te identificas con lo que he escrito o si te gustaría explorar el yoga conmigo, me encantaría darte la bienvenida al tapete.
¡No dudes en enviarme un mensaje para reservar una clase!
Actualmente estoy en Lagos, Portugal.
Sarah, propietaria de Alma lua y profesora de yoga.